De los cuentos cortos de los huecos largos...

La almohada.


"Entenderás que este no sea el mejor de mis silencios. Entenderás que, como hoy, se me agoten las palabras y no pueda seguir contándote historias como aquellas, que ,a la luz de tus ojos, te contaba, cuando intentaba hacer creíble lo increíble, y lo vulgar absolutamente extraordinario, y la almohada desde arriba nos miraba.

 Y era cierto que lo mas sencillo parecía un suceso nunca imaginado, como eso, no se si te acuerdas , de la almohada que volaba en la habitación cerrada y que de vez en cuando, desde arriba, nos miraba, buscando el sueño que nunca dormimos y que nunca hallamos.

 A ti te parecerá raro que hoy no tenga todos esos adjetivos que llevaba en la mochila, junto con los libros extraños que, andando y salpicando tantos charcos, me seguían, pero, a veces, cuando uno ha dicho todo lo decible y lo indecible, y murmurado, gritado y voceado, y el tiempo del habla y la escritura se encuentra limitado por los muros que , como aquellos que mi abuelo saltó para escapar de unas balas de algodón muertas de ovejas para mirar almohadas como nubes, indestructibles, solo puedes sobrepasar el tiempo encaramado a otra almohada alada levitado.

 Si, de verdad, es extraño que hoy no tenga mucho que escribir y permanezca en este silencio fingido, lleno de letras abundantes  y almohadas levitantes, pero entenderás que no puedo crear todos los días cuentos como aquel del anciano que buscaba la guarida del viento que tejió para siempre nuestra alada almohada, si, ese cuento era yo arrugado, ascendiendo los años por la vereda mas escarpada que habitamos.

 Y este, ya lo sabes, no es el mejor de mis silencios... sino la peor de nuestras almohadas que han volado....

Rezgo Reis

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